"El gerente, más que nadie, necesita interiorizarse, recogerse, salirse de la cárcel de la oficina, de la fábrica de de papeles y archivos que el mismo se ha construido; y verse así mismo. Mi intención es rescatar al gerente de las incongruencias, de las contradicciones y paradojas que se plantean en el mundo del trabajo; de tantos mitos y promesas engañosas que perturban el alma y roban la visión de crecimiento." Manuel Barroso. Meditaciones Gerenciales.
Descubrí este libro de Manuel Barroso hace más de 10 años, lo leí y desde entonces en mi búsqueda constante de mi bienestar personal en el ámbito gerencial y organizacional, y muy personal, me acompaña con frecuencia, ayudándome en oportunidades en mi soledad y otras veces acompañada por un counselor o terapeuta (a veces de tanto estar en el bosque no vemos los árboles) cuando he necesitado entenderme dentro de las complejidades y retos que implica la actividad gerencial.
El libro es una invitación a la reflexión, al reencuentro del gerente con su verdad personal, individual; en 15 capítulos y 264 páginas nos presenta los temas que, advierte, son importantes revisar, detenernos y meditarlos, con franqueza y con honestidad. Para mi ha sido personalmente esclarecedor.
Todos los gerentes pasamos por momentos de tensión naturales del quehacer de la gestión gerencial, nos vemos sometidos a complejas encrucijadas para la toma de decisiones, somos depositarios de las exigencias de nuestros directores, de nuestros colaboradores, de nuestros pares, y por último, el más exigente de todos, de nosotros mismos.
Ser gerente es una inmensa oportunidad para desarrollarnos como persona y para contribuir con el desarrollo productivo de otros individuos, de la organización como un todo, de una comunidad, de un país. La visión gerencial no debe ser encasillada como una isla, la visión gerencial requiere ser amplia, magnánima; su existencia no se debe limitar al cumplimiento de unos números muchas veces establecidos de forma indiscriminada; requiere responder a un bien común, a ese tipo de bienestar que genera en el gerente y en quien lo acompaña una mayor motivación, compromiso, mayor creatividad, lo que hace en la gente el hecho de crear el sentido de pertenecer a un propósito mayor.
"La gerencia es una vocación de servicio que pocos entienden: a la gerencia hay que asumirla, no para el uso personal, sino para promover el cambio y el crecimiento; hay que sentirla, no se trata de un vulgar ejercicio de poder sino una expresión de dar lo mejor de sí educando, guiando, conduciendo a la organización; hay que ejercerla con humildad, el objetivo de la vida gerencial no es la perfección sino la alineación inteligente de las personas con la visión de la empresa y del negocio"
Muchos textos, conferencistas sofisticados, y más recientemente, en las redes sociales encontramos multiplicada información sobre qué es ser un buen gerente, y mi experiencia me dice que son muy pocos los que con introspección lo experimentan plenamente. El gerente que se siente conflictuado requiere asumir la responsabilidad y tener la valentía para sentarse ante sí mismo y descubrir aquello que probablemente sabe que está allí y no desea reconocer: en los casos más extremos reconocerse equivocado y vacío del sentido de su quehacer gerencial; las incongruencias entre lo que quiso hacer y lo que hizo.
Mi propósito con este espacio, al que por razones obvias llamaré Meditaciones Gerenciales, es desmenuzar el texto contenido en el libro y darle vida, vis a vis, a través de diversos casos de la experiencia del día a día con el fin de llamar la atención de tu ser gerente e invitarlo a meditar, a que se encuentre consigo mismo y sea capaz de reconocer lo que necesita hacer, decir y experimentar; y por que no iniciar el camino hacia una verdadera Catarsis Gerencial
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